Arte urbano paseando por Sevilla

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Walking Alive

Los comienzos siempre son alegres, uno se ilusiona con que el cambio será para bien, pone toda la carne en el asador, se implica para llegar a sus objetivos y sólo el tiempo te dice si el esfuerzo tendrá sus recompensas.

Empieza el nuevo curso, los niños vuelven al cole, los jóvenes a los campus, los no tan jóvenes a sus estudios o puestos de trabajo… En septiembre empieza un nuevo año, no queremos esperar a enero para ponernos nuevas metas, no queremos esperar para estar ilusionados con nuevos caminos que conocer.

Concentración para que no se desdibuje la meta, para que seamos capaces de no desviarnos del camino, para que sonriamos mientras lo andemos, para que haya algunas manos a las que agarrarse durante el mismo, para que las piedras sean pequeñas y haya pocos tropiezos, para que el sol nos caliente cuando tengamos frío, para que la lluvia nos sacie la sed cuando desfallezcamos, para que la brisa refresque la fatiga de la sinuosa vereda que hemos de recorrer.

el caloret

Si va dentro de unas declaraciones, como las que todos conocemos, lo del ‘caloret’ se hace mediático y de repente todo el mundo empieza a decirlo. Con lo bonito que fue de siempre lo de ¡OJÚ, QUÉ CALÓ!

A ver si no terminamos tal que así:

Suerte, HAMIJOS, y hasta que el fresquito me inspire para volver.

desmemoriada

Se acerca la Navidad. Pero al igual que en otras ocasiones no vamos a ir a lo típico. Ya por San Valentín hice un post que iba contracorriente y ahora no iba a ser menos.

Pensaba daros algunas recetas sanas para estos días festivos pero estoy segura de que ya tenéis planeado qué preparar; así que ya haré fotos de las delicias que yo pruebe, para que veáis, por si queréis tomar ideas para otro momento.

Este último puente hemos estado en Madrid y tras ver la iluminación navideña de la capital pensé en las pocas ciudades que conozco decoradas de Navidad. Praga la conocí con sus mercadillos navideños pero aún sin decorar, pero poco más. Igual es mi mala memoria que me juega malas pasadas pero creo que no, en pocas ocasiones he viajado durante estas fechas. Y es que estoy con el piloto encendido de ganas de moverme, de viajar, de verlo todo con ojos sorprendidos y curiosos, de oler profundamente para guardar los aromas en la memoria. Eso que algunos llaman wanderlust.

reflejos

Los reflejos de la ciudad en el cauce
temblaban
con cada lágrima derramada.
Y la brisa las enfriaba
provocando un escalofrío en sus adentros.
Tragó
una gran bocanada de aire
lo retuvo un instante,
durante el cual flotó sobre ella misma
y al expulsarlo,
se secaron sus ojos
y algo de tibieza recorrió su pecho.
Los reflejos ahora
bailaban para ella.

Los reflejos bailan para ti. Una foto publicada por Amp (@ladelaoctava) el Oct 10, 2014

alabada seas

Alba fresca y clara llévame contigo hasta que te acuestes en el horizonte, llévame entre copas de árboles cargados de esperanzas cual atrapasueños naturales, llévame sobre parajes desconocidos y vergeles reservados para lo más florido, llévame al final de nuestra jornada llena de aires de jazmines y sólo arrópame cuando tenga el rostro apoyado en la esponjosa luna y entre brisas percibas la dama de noche.

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Persignarse con la mano izquierda.
Comer mientras pasa Cristo crucificado.
Beber al tiempo que tocas la canastilla de un palio.
Rajar sin medida cuando todos callan ante una silenciosa.

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@comilista

18 abril, 2014

Los piececitos marcados por calores pasados se derriten sobre asfalto caldeado al ir a tu encuentro. Las columnas manteneoras del divino templo de mi persona caminan al ritmo que mi corazón les marca. Las caderas se contonean con cadencia pesarosa sin querer romper el aire que las rodea sino acariciándolo. La cintura escondida guarda carcajadas reservadas para los chistes que la harán quebrarse. El suave valle con mi lunar favorito refugiado templa el fuego eterno que ha de prender nuestros cigarrillos compartidos. Los brazos recogidos se cruzan protegiendo lo que más duele, un corazón tembloroso aterrado y con frío.
Mi sonrisa oculta sólo se asoma en dulces miradas a retoños regordetes que se asombran ante el color de mis cabellos.
Con la de veces que la regalé.
Con la de veces que mis miradas se iluminaron sin soles ni lunas.

@ladelaoctava

Cerveza, un lazo y penas

Las personas negativas terminan por debilitar nuestro estado de ánimo con su influjo. Al comunicarse en términos que favorecen a que el pesimismo se contagie y sea el ambiente predominante.
Por ello rodearse de gente con una actitud positiva, que resulten proactivas y que reaccionen a las adversidades de manera resolutiva eficientemente y además mientras lo hacen luzcan una sonrisa, sería el ideal.

La búsqueda de la belleza, en términos absolutos (guiño-guiño), es la que me lleva a tratar de que las personas que me rodean sean felices.

Y conozco una buena manera de hacer que alguien esté contento. Además a Pepa le gustó tanto cuando se la conté que le dedico este post que andas leyendo.

Le pones una cervecita (a mi un mojito mejor que no soy nada cervecera, lo digo por si alguna vez os da por invitarme a algo :P) en la mano y un lazo en el pelo (para los caballeros, un elegante y primaveral sombrero en la cabeza) y algo mejor estaremos todos. Él/ella y los que tratamos con una persona más contenta que transforma su mal humor, como quien no quiere la cosa, en buenrollismo de manera cuasi instantánea.

¡Haced la prueba!